dientes amarillos

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¿Has notado que con el paso de los años tu sonrisa no es tan blanca como solía ser? No estás solo. La tendencia a que los dientes adquieran un tono amarillento o grisáceo después de la juventud es un fenómeno natural y muy común en la edad adulta.

No se trata necesariamente de un descuido en la higiene; es el resultado de una combinación de biología, desgaste y hábitos acumulados a lo largo de décadas. Aquí te explicamos las principales razones de este cambio de color.

  1. El Desgaste del Esmalte Revela la Dentina

Esta es la razón más importante y biológica del amarilleo. Para entenderlo, primero hay que conocer la anatomía de un diente:

  • Esmalte: Es la capa exterior del diente. Es la sustancia más dura del cuerpo y es de color blanco o ligeramente translúcido. Actúa como nuestro escudo protector.
  • Dentina: Es la capa que se encuentra justo debajo del esmalte. La dentina es de color naturalmente amarillo.

Con el paso de los años, el esmalte se enfrenta a un desgaste constante (por la masticación, el cepillado e incluso el contacto ácido). Aunque este desgaste es microscópico, es acumulativo.

A medida que el esmalte se adelgaza, el color amarillo inherente de la dentina subyacente comienza a transparentarse más. Es como si la capa de pintura blanca de tu casa se desgastara, dejando ver el color original de la madera. El diente no está más amarillo; el color amarillo que siempre estuvo allí se hace simplemente más visible.

  1. Los Cambios de la Dentina con el Tiempo (Oscurecimiento)

La dentina no solo se expone más, sino que también cambia internamente. A diferencia del esmalte (que es tejido muerto), la dentina es un tejido vivo que contiene túbulos microscópicos.

Con la edad, la dentina tiende a volverse más densa y a oscurecerse de forma natural. Los minerales que la componen se modifican, haciendo que su coloración amarilla sea más intensa y menos brillante, contribuyendo aún más al aspecto general de un diente envejecido.

  1. Acumulación de Manchas de los Alimentos y Bebidas (Manchas Extrínsecas)

Además del desgaste biológico, los hábitos de consumo dejan su huella. A lo largo de los años, los poros microscópicos del esmalte absorben pigmentos de todo lo que consumes, lo que se conoce como manchas extrínsecas.

Las principales “culpables” que contribuyen a este amarilleo acumulativo son:

  • Café y Té: Tienen altos niveles de cromógenos (compuestos que producen pigmentos).
  • Vino Tinto (y, a veces, el Blanco): Contienen taninos que se adhieren al esmalte, facilitando que el color se pegue.
  • Bebidas Gaseosas y Cítricos: No solo tienen colorantes, sino que su alto contenido ácido debilita temporalmente el esmalte, haciéndolo más vulnerable a las manchas.
  • Tabaco: La nicotina y el alquitrán producen manchas marrones y amarillas muy difíciles de eliminar.
  1. El Factor Genético

Aunque el proceso es universal, la rapidez y el grado de amarilleo varían entre personas. Esto se debe a la genética. Algunas personas nacen con un esmalte que es naturalmente:

  • Más grueso: Lo que ofrece una protección más duradera contra la exposición de la dentina.
  • Más opaco: Lo que oculta mejor el color amarillo de la dentina.

Si tus padres tienen dientes que amarillearon temprano, es posible que tengas una predisposición genética similar a tener un esmalte más delgado o más translúcido.

¿Se Puede Evitar o Revertir?

Si bien el amarilleo relacionado con la edad es inevitable hasta cierto punto, puedes mitigar el proceso y revertir las manchas acumuladas:

  1. Higiene Rigurosa: Cepillarse dos veces al día y usar hilo dental reduce la placa que puede intensificar las manchas.
  2. Control de Consumo: Modera las bebidas y alimentos altamente pigmentados. Cuando los consumas, intenta beber agua después para enjuagar el esmalte.
  3. Blanqueamiento Profesional: Los tratamientos de blanqueamiento con peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno aplicados por un dentista son la forma más segura y efectiva de eliminar las manchas extrínsecas y aclarar la dentina.

El amarilleo es una señal de que has vivido y comido a lo largo de muchos años. Entender la ciencia detrás de ello ayuda a diferenciar entre el desgaste natural y los hábitos que podemos cambiar.

¿Qué hábitos cambiarías hoy para proteger el esmalte restante y mantener tu sonrisa más brillante?